Arnold y Augusta Newman hacían un viaje de negocios por Europa en la primavera de 1960. En Amsterdam se encontraron con Otto Frank, el padre de Ana Frank, quien se estaba dedicando a abrir la casa en la que la Familia Frank se escondió entre 1942 y 1944 durante la 2da Guerra Mundial. Los Newman contactaron a Otto quien estuvo de acuerdo en hacer unas fotos del ático. Lo que ocurrió fue algo que Newman llamó "uno de los sucesos más conmovedores" de su vida. Otto Frank subió por las escaleras hasta el escondite. Una vez allí -contó Newman- comezaron a sonar unas campanas de una iglesia cercana. Newman continuó:

[Frank] se giró hace mi para decirme que sobre esas campanadas había escrito su hija... después de un momento él comenzó a llorar. Yo tampoco pude contenerme, su esposa (N. de E.: Otto Frank se volvió a casar en 1953 con una vecina, sobreviviente de Auschwitz) nos rogó que nos detuviésemos. Mi retrato de Frank puede no ser mi mejor fotografía, tuve pocas posibilidades de desarrollarla en estas difíciles circunstancias, pero esta toma siempre será una de las mas memorables de toda mi carrera.

Extracto del libro 'Arnold Newman: At Work', lo pueden comprar aquí.

Otto Frank, 1960, Anne Frank House, Amsterdam

La foto fue titulada 'Otto Frank, 1960, Anne Frank House, Amsterdam', fue tomada el 3 de mayo justo antes del acto de apertura al público de La casa de Ana Frank.

Este año con mi novia tuvimos la dicha de poder viajar a Amsterdam, visitar la casa era algo que debíamos hacer si o si. Hacía pocos meses yo había leído el Diario de Ana Frank así que tenía bastante frescos los relatos, los rincones y sobretodo las emociones. Comenzamos el recorrido con una audioguía que entregan al ingresar, fuimos pasando por todo el edificio hasta que al subir al último piso nos encontramos una gigantografía de esta foto, fue muy emocionante y me quebré. Lloré en silencio, mirando al piso o los rincones vacíos, no podía mirar ninguna otra foto, ni nada que me haga pensar en eso, a mi novia tampoco la miré (se va a enterar cuando lea esto pero no se va a sorprender). Sentí esa foto, sentí la soledad, la tristeza, la añoranza, la falta, el miedo, el dolor, sentí todo lo que transmite la foto. No puedo imaginar lo que debe haber sentido Arnold Newman ese día con la presencia de Otto ahí parado, mirando el piso y recordando la odisea de 2 años que pasó en esas 4 paredes.

Yo creo que si no te mueve esa foto deberías pedir turno al cardiólogo porque no tenes corazón, tenés una piedra.

Agregar un comentario

Siguiente Entrada Entrada Anterior